
Pocos días antes de morir, Nel Abbott estuvo llamando a su hermana, pero Jules no cogió el teléfono, ignoró sus súplicas de ayuda. Ahora Nel está muerta. Dicen que saltó al río. Y Jules se ve arrastrada al pequeño pueblo de los veranos de su infancia, un lugar del que creía haber escapado, para cuidar de la adolescente que su hermana deja atrás. Pero Jules tiene miedo. Mucho miedo. Miedo al agua, miedo de sus recuerdos enterrados largo tiempo atrás, y miedo, sobre todo, de su certeza de que Nel nunca habría saltado?

Hoy os traigo una reseña más
breve de lo normal porque lo cierto es que no tengo demasiado que decir de este
libro. Creo que todo el mundo lo había puesto demasiado por las nubes y por eso
yo tenía unas expectativas muy altas. Pero me he encontrado con una historia
bastante aburrida, repetitiva, poco original y además predecible. Lo he
terminado de leer porque hasta el último momento esperaba que todo diera un
giro de ciento ochenta grados, pero no me ha sorprendido nada en la trama. Me
esperaba muchísimo más de este thriller, porque la autora ha sido muy valorada sobre
todo por La chica del tren (que ahora ya no tengo mucha intención de leer), y
esta nueva novela no ha hecho más que cosechar buenas críticas.

Además, a mí me interesaba mucho el
tema del “Pozo de las Ahogadas” en el que se producen estas muertes tan
misteriosas, pero al final de misterioso no tiene nada. Digamos que “el malo”
de esta historia es demasiado predecible y se tratan temas demasiado tópicos,
no es un thriller novedoso o que deje con la boca abierta. Y aunque la autora
intente darle un giro de tuerca a la historia en la última página, para
revelarnos indirectamente quién hizo lo que hizo, tampoco es una revelación que
no pudiéramos esperarnos.

A pesar de que a mi este libro me
haya decepcionado, ya sabéis que para gustos los colores, así que si os pica la
curiosidad pues dadle una oportunidad para formarnos vuestra propia opinión. Yo
sólo os digo que si estáis buscando un thriller cuyo desenlace os deje con la
boca abierta, la clásica Agatha Christie es una apuesta asegurada. Especialmente,
uno de mis favoritos: Los Diez Negritos.